Es normal que, a todos los que tenemos perro, nos guste compartir con ellos distintas experiencias y queramos que nos acompañen en nuestros planes y aventuras. A muchos nos gustaría llevárnoslos a cualquier lado si pudiéramos, no solamente en vacaciones y, por ello, muchas veces no valoramos ni razonamos si lo que queremos está acorde con el bienestar del propio individuo.
Hace unos años, surgió el boom de lo “dogfriendly” y muchos de nosotros defendimos esta etiqueta y la promocionamos con tanta fuerza que muchos de los establecimientos, locales y comercios abrieron sus puertas a la entrada de perros. Antes de seguir metiéndonos en materia vamos a entender qué es en verdad lo “dogfriendly” o “petfriendly” (mascota amigable o amistoso con los perros)
El término ‘’dogfriendly’’ hace referencia a aquellos lugares, medios de transporte y establecimientos que permiten la entrada de perros. También se suele etiquetar de esta manera a aquellas ciudades, empresas o actividades que mantienen una actitud consciente y respetuosa con los animales. Sin embargo la definición que les caracteriza discrepa mucho de lo que realmente es tener ‘’conciencia’’ sobre dicho animal.
Debemos tener en cuenta que los sitios ‘’dogfriendly’’ son sólo lugares hechos por y para humanos, es decir, que las necesidades de base del animal en cuestión no tienen por qué estar incluidas.
Si razonamos esto con detalle podremos llegar a la conclusión de que, aunque los perros puedan entrar a x tienda, ello no implica que esté adecuado y pensado para ellos. Quiero dejar claro que mi postura no es ponerme en contra de esto sino abrir los ojos a la verdad de todo lo que conlleva.
Pongamos de ejemplo un centro comercial ‘’dogfriendly’’ que permite la entrada de perros. Un centro comercial está hecho para el disfrute y la economía humana. Aquí nos podemos encontrar un gran número de personas, infinidad de olores en la zona de restauración, niños corriendo y jugando en las zonas de parque, mucho ruido, ajetreo, luces, etc… En un sitio así un perro no puede estar sin correa, no puede marcar u orinar, la libre elección es casi nula y asegurar ese entorno puede resultar complicado para la mayoría de ellos.
Hay perros que perfectamente podrían estar a gusto y disfrutando paseando por las tiendas o estando tumbados en una terraza tomando el sol mientras nosotros nos tomamos una caña, pero, existen muchos otros que no lo están, y debido a nuestro desconocimiento, les obligamos a estar en ese tipo de sitios simplemente porque les dejan pasar y no somos conscientes del impacto tan negativo que le está causando al animal. Que un sitio sea “petfriendly” no implica, en ningún caso, que sea apto para ese individuo concreto. Tendríamos que hacernos una serie de preguntas si nuestra filosofía es llevarnos al perro a todos los sitios a los que vayamos nosotros/as:
¿Por qué lo estoy haciendo? ¿Estoy respetando el bienestar del perro o simplemente lo hago porque me apetece y lo veo bonito? ¿De verdad está disfrutando mi perro de esa experiencia o simplemente la vive como puede porque no tiene opción y no puede escapar de ella? ¿Realmente mi perro/a está preparado/a para afrontarlo sin que ello le suponga una alta exigencia o estrés?
Seguro que se nos ha dado el caso que, paseando con nuestro perro, pasando por al lado de una terraza de bar, se abalanzan a ladrar perros desbordados que no son capaces de gestionar la situación, recibiendo por parte de sus responsables algún tipo de corrección. ¿Por qué están esos perros ahí? También se puede ver en centros comerciales cómo la mayoría de los perros que están en estos lugares están inundados, con los ojos muy abiertos, pupilas dilatadas y jadeando sin parar, sin tener apenas ninguna libertad de movimiento. ¿Qué sentido tiene esto? O incluso en manifestaciones u organizaciones benéficas que apoyan los derechos de los animales o incentivan su adopción, si nos ponemos a observar muchos de esos perros no lo están pasando nada bien. ¿Qué bienestar animal estamos defendiendo?
Hemos de individualizar nuestro caso en particular y, si por lo que sea, nuestro perro/a en estos momentos no puede gestionar el ir a una tienda contigo (aunque sea una tienda de animales) o se pone muy tenso o alerta cada vez que estáis sentados en una terraza del bar, por favor, evitemos llevarlo. Si aún no tiene las herramientas adecuadas de gestión ¿qué sentido tiene hacerle pasar un mal trago? Por muchas veces que lo lleves ello no implica que se acostumbre. Que sí, que nos puede parecer precioso cada vez que vemos la típica foto en IG del border collie haciendo paddle surf, pero no implica que tu perro esté listo para ello o que le guste dicha actividad.
Tampoco debemos confundir el hecho de “no contar con nuestro perro/a para todo” con sentir que lo estamos excluyendo de la familia. No tiene nada que ver. Si realmente queremos tenerle en cuenta como un miembro más en nuestro grupo y hacerle sentir que él/ella también es importante hemos de atender sus decisiones, motivaciones, gustos, preferencias y ayudarlo/a con sus miedos, preocupaciones e inseguridades. Hemos de escucharlo/a y estar abiertos a tener una comunicación recíproca.
Por lo que, la conclusión de todo esto es , que el que un sitio sea ‘’dogfriendly’’ no implica que tengas que llevar a tu perro sin tener verdadera conciencia de a qué le estás exponiendo. Con ello no quiero decir que no haya perros que realmente puedan adaptarse bien a estos entornos, pero hay otros que no y nunca lo estarán. Antes de ir y lanzar a la piscina a tu perro pregúntate si está preparado para tal experiencia. No creamos que por ser sitios donde dejan pasar a perros ya acto seguido tenemos que llevarles porque a nosotros nos apetezca ir con ellos. Es nuestra responsabilidad como tutores saber qué necesidades tiene nuestro perro de manera individual y no ir con ellos como pollos sin cabeza por la vida. Seamos coherentes y respetuosos con el animal que convive con nosotros. Y sobretodo, protejamos a nuestros perros porque no todo va a ser bueno para ellos, y debemos aceptar tanto sus cualidades como sus limitaciones.
Escrito por: Rocío Martín del Campo, educadora canina de ENSUSHUELLAS. La encuentras en IG como @lachicadethai