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El balance

En toda relación siempre hay un dúo, es decir, priorizar la mejora en la vida de nuestros perros es obligatorio pero sin olvidarnos que en el otro lado de la balanza estás TÚ. Y de esto, se habla todavía muy poco.

Mucho se habla actualmente del término “aportar bienestar” a nuestros perros. La búsqueda de información sobre este tema es cada vez mayor y esto es bueno, ya que cada vez más son las personas que desean aprender a comprender a sus perros. Su bienestar se compone de muchas variables, entre las cuales podemos encontrar importantes pilares como el área emocional, la física y la social. Dentro de cada una hay infinidad de ramas como la de la autoestima, la realización personal, las necesidades cognitivas e individuales, la de la seguridad, las experiencias vividas, el aprendizaje, la etapa de desarrollo, etc. Para poder aportar bienestar a nuestro perro se requiere del tratamiento global en cada una de ellas y el poder entenderlo es ya de por sí un gran paso. 

En toda relación siempre hay un dúo, es decir, priorizar la mejora en la vida de nuestros perros es obligatorio pero sin olvidarnos que en el otro lado de la balanza estás TÚ. Y de esto, se habla todavía muy poco. Nosotros mismos también formamos parte de la mejora en la relación con nuestro perro:

SOMOS OTRO PILAR EN SU BIENESTAR

 

Nuestros perros dependen de nosotros y no sólo para darles de comer o sacarles a la calle para que hagan sus necesidades fisiológicas. Nuestra estabilidad emocional, física, mental y social también ha de ser cuidada. Nuestro bienestar es también su bienestar y viceversa. Centrarnos sólo en el perro y darles todo nuestro enfoque olvidándonos de nuestra propia estabilidad es un error, somos su referencia y, si nosotros vamos por la vida ansiosos, reactivos, enfadados o con niveles de estrés elevados no podemos pedirles a ellos que sean tranquilos, estables y equilibrados. 

TENEMOS QUE MIRARNOS AL ESPEJO

Pregúntate ¿De verdad quiero aportar bienestar a mi perro? ¿Estoy dispuesto/a a cambiar mi paradigma? ¿Voy a dar el esfuerzo que todo esto requiere? Si es así mírate hacia dentro y empieza a conocerte mejor. ¿Qué es lo que “cojea” en ti? ¿La salud, lo social, lo emocional? ¿De todo un poco? No importa. Si no sabes por dónde empezar, si tienes dudas, pide ayuda. 

La mayoría de las veces somos nosotros los que no tenemos herramientas para enfrentarnos al mundo y queremos enseñar herramientas a nuestros perros. Es un poco incoherente. 

Ninguno de los que estamos aquí somos perfectos; a ninguno nos enseñaron herramientas  de gestión adecuadas para vivir en conciencia y con inteligencia emocional. Todos nosotros llevamos  nuestra mochila a cuestas repleta de miedos, fracasos, traumas, aprendizajes y vivencias. Una de las reglas clave que siempre se nos recuerda a la hora de viajar en un avión es, que si surge alguna dificultad en el trayecto, primero has de ponerte tú mismo la máscara de oxígeno antes que a cualquier otra persona, aunque sea tu propio hijo. Y esto es lógico, ya que si tú no puedes respirar, poco vas a poder ayudar al que tienes al lado.

En el mundo del perro es exactamente igual. No podemos ayudar a nuestro perro con “sus problemas” y “dificultades” si no vamos a ser responsables de tratar también los nuestros. Invertir en nosotros mismos es totalmente NECESARIO. Aprender a mimarnos, darnos momentos de ocio, saber estar solos, regalarnos compañía, aceptar y aprender de nuestras caídas, respirar, parar. Enfocarnos en aprender qué nos gusta, empezar a conocernos mejor y valorarnos. Comprarnos un detallito, ponernos guapos/as, sentarnos al sol.

Aprender también a ponernos a nosotros/as como algo prioritario es lícito, no es egoísta. Por mucho que queramos darles todo lo mejor a nuestros perros, jamás podremos estar al 100% para ellos si nos olvidamos de la otra parte de la balanza, nosotros. No podemos hablar de una sana relación, de bienestar ni de respeto con nuestros perros si todo eso es algo de lo que carecemos. No podemos dar algo que no tenemos.

Invirtamos, por supuesto, en cursos para aprender a convivir con ellos y entenderles mejor, pero también invirtamos en aquellos otros que nos enseñen a ser responsables de nuestros propios “monstruos”. 

Aportar bienestar en ellos es muy importante, pero también lo es aportárnoslo a nosotros. Aprendamos a equilibrar esa balanza.

Escrito por: Rocío Martín del Campo, educadora canina de ENSUSHUELLAS. La encuentras en IG como @lachicadethai

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