La desconexión emocional hacia tu perro existe. A veces te desvinculas. Y está bien. Por primera vez en casi diez años de relación con mi perra Kenia, me da igual. Entendedme, ella es parte de mi familia y sé que el día que marche se llevará consigo todas mis palabras y mi respiración, pero por primera vez en todos estos años no pienso en ella primero. Pienso en mí. Y es extraño decirlo en voz alta porque siento que es un tabú socialmente inmenso, sobretodo dentro de esta parte del mundo del perro en la que se les respeta y se les escucha, pero tampoco me importa mucho hacerlo así que leedme bien: Me he cansado de que mi perra sea mi prioridad absoluta y todo está bien.
Y vengo a decirlo yo para que se atreva a hacerlo quien calle: ya no quiero pensar siempre primero en ella porque eso no es sano y no me ayuda, no le sirve y nos daña. Hace tiempo que me cansé de ese modelo de relación. Es demasiado sencillo decir que nuestro perro es un igual pero casi ninguno actuamos como si lo fuera.
Los ponemos por delante de nosotros mismos y sin darnos cuenta les acabamos convirtiendo en el blanco de todos los vacíos que eso nos crea porque no dejamos espacio para nada más. No se trata así a un igual y siento que hacerlo habla de demasiados problemas sin resolver. Los excesos hablan siempre de carencias y eso me lleva a pensar que es otra forma más de utilizarlos en nuestro beneficio pero que ni siquiera somos conscientes de ello. Y tampoco les ayuda ni les hace bien. Porque no puede beneficiarles algo que a largo plazo va en contra de nosotros mismos. Convivir con alguien frustrado, enfadado o ansioso acaba causando daño, así que la manera en la que nos relacionamos con ellos basándonos en el respeto y la amabilidad puede acabar convirtiéndose en un arma de doble filo cuando nos olvidamos de nosotros.
Sobrepreocuparse constantemente no es amable. Es un indicador de que necesitas ayudarte.Y no hablo de desentendernos. Yo sigo acunando cada miedo y cada dolor de mi perra porque no escogió vivir conmigo y le debo una vida libre de enfermedades y plena de calma. Hablo de fijarnos en ellos para ser mejores con ellos. Soy la última opción en la escala de prioridades de mi perra en muchas de sus situaciones y llevo tiempo trabajando en devolverle lo mismo porque de verdad que se merece que la traten como a una igual. Necesitan respeto y apoyo, no veneración. No veríamos normal que un perro se pasase constantemente a sí mismo por encima para que nosotros estuviésemos bien, ¿por qué lo vemos normal a la inversa? La desconexión emocional hacia nuestros perros no solo existe, sino que a veces es imprescindible.
Piénsalo: ¿Cuánto exceso hay en vuestra relación y qué es lo que eso dice ella? ¿Qué es lo que intentas tapar de manera inconsciente? No puedes ayudar si te pones por debajo porque el peso se multiplica y lo dificulta todo. Así que súbete a tu posición y caminad el uno al lado del otro. Porque es justo ahí donde te necesita: a su lado. No encima, y mucho menos debajo sujetando todo lo que crees que se desmoronará para él si no lo haces. Por favor no lo olvides: no le quieres menos cuando te priorizas, le quieres mejor.
Escrito por: Lorena Murgui Mercado, educadora canina de ENSUSHUELLAS. La encuentras en IG como @mellamankenikeni